Jamás olvidare tus palabras
Por Vanessa Duran
Cuando cursaba secundaria gozaba sarcásticamente de las clases de un profesor de Historia, pues era sumamente estricto, me intimidaba con solo mirarlo. El conocía muy bien su asignatura, tenía base a la hora de impartir las clases pero el miedo que transmitía era exagerado, cada vez que de Historia se hablaba, me lavaba el rostro unos minutos antes de entrar para estar atenta y poder escuchar su clase sin llegar a cabecear. Memorizaba literalmente cada palabra con tal de poder salir excelente en sus evaluaciones. Cuando somos estudiantes solemos grabarnos las clases de los docentes, incluso llegamos a anotarlas con detalle para poder estudiar, siempre anhelamos la máxima calificación y nos esforzamos por alcanzarla; Pero a veces aunque grabamos cada palabra no entendemos nada del contenido, y justo eso sucedió conmigo en un cierto tiempo, no tomaba en serio el conocimiento que estaba adquiriendo, solo me importaba la calificación y ¡que equivocada estuve!
(Salmos 119: 9) El salmista comparte una gran pregunta “¿Cómo puede el joven llevar una vida pura? Siguiendo tus enseñanzas. Pero ¿Qué es una enseñanza? Bueno, esto significa comprensión, cuando recibimos una enseñanza, aprendemos, adquirimos un cierto conocimiento en alguna área. Hoy Dios quiere ser tu maestro, no quiere intimidarte como mi profesor de historia solía hacerlo, hoy quiere recordarte cómo realmente se lleva una vida integra, y lo primero es siguiendo su camino, su ley. (Proverbios 4:2) Así qué ¿Eres integro? ¿Prefieres el conocimiento o una calificación?
(Salmos 119:10) El seguir el camino de Dios requiere integridad y una búsqueda verdadera de un tesoro que se encuentra escondido en tu ser, ese que demuestra lo dispuesto que puedes estar a cambiar y entregar todo por él, dejar su gran valor con poder tener la satisfacción de encontrar su ayuda eterna en tu vida, y esa joya es tu corazón. Ese que está dispuesto a seguir sus mandatos y que tiene temor de no cumplirlos porque desea honrarlo. Como lo vemos con el salmista, que demuestra querer honrar a Dios con deleite, poder seguir su ley. Así mismo hoy Dios quiere con nosotras, desea que sigamos sus enseñanzas que son las que nos guían a su camino, que es luz y no oscuridad.
Después de un tiempo de asistir a mis clases de Historia, me di cuenta que nada de lo que el profesor me había enseñado podía recordar, lo que estudiaba lo grababa en mi cabeza solo hasta llegar el parcial, pero después de presentar los conocimientos se iban por el aire.
(Salmos119: 11-13) “Memorizo tus enseñanzas para no pecar contra ti. Bendito seas SEÑOR, enséñame tus mandatos. Con mis labios anunciare todas las ordenes que has dado”. Estos versos me recuerdan a mis clases, y lo mal que hacía al memorizármelas por interés, solo para ganarme una simple calificación. Nuestro padre desea que sigamos su camino, que obedezcamos a su palabra, anhela que guardemos su luz y que nos apartemos de las tinieblas pero sin ningún interés, todo con un deseo completo de servirle (Juan 12:46). El buscar a Dios requiere una obediencia completa es lo que demanda de nosotras, en donde atesoremos cada cosa que nos da y que con nuestros labios podamos traer verdadera adoración, de lo que él ha hecho en ti, de esa mujer nueva que te permite hoy ser, una restaurada, por eso ¡Cuida esa restauración! y ya elimina las manchas de tu pasado que no permiten vivir en integridad.
(Salmos 119: 13-16) El salmista se regocija en los caminos de nuestro Rey de Reyes, porque sabe que el camino por el que va es correcto y se goza así más que con cualquier riqueza del mundo. Ahora ¿Vas en su camino? ¿Estas dispuesta a someterte a su ley y vivir una vida de integridad? ¿Qué es para ti la riqueza y la enseñanza? El conocer a Dios es un reto, el más hermoso que has decidido tomar, por eso hoy quiere recordarte que él es tú profesor, y no quiere que olvides, que en el encuentras tu lámpara y tú enfoque, si sigues su camino necesitas estar clara de que ese es, como cuando enfocas una foto en tu teléfono, y la eliminas cuando no sale como quieres, hoy Dios es tu camino y quiere que te enfoques en seguir esa Ley que te presenta en su palabra, que te corrijas como esa foto que borras, desea que elimines hoy lo que te conduce a no seguirlo, que prestes atención y sigas su luz, desea que tu vista cada día este en lo divino y que no olvides lo que él te ha dicho, de igual forma quiere que atesores sus palabras mejor que como yo lo hice con mis clases de Historia. Por eso, hoy digo: Jamás olvidare tus palabras querido Señor.
Sigue el camino de la ley de Dios, que te hace íntegro, te enfoca en su luz, elimina la obscuridad y te da enseñanza. (Proverbios 6:23)
Actividad:
1. Has un pequeño acróstico con la palabra Enseñanza.
2. Memoriza Salmos 119:16
3. Atrévete a compartir con tus amigos esa foto que sueles borrar solo porque no te gusta como sales y de pie escribe: “Eres mi enfoque , y jamás olvidare tus palabras”
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