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Amigo y Padre Fiel




Amigo y Padre Fiel
Por Vanessa Duran



Lee este hermoso fragmento del Salmos 119 del 41 al 48.

41. Venga a mí tu misericordia, oh Jehová; Tu salvación, conforme a tu dicho. 42. Y daré por respuesta a mi avergonzador, que en tu palabra he confiado, 43, No quites de mi boca en ningún tiempo la palabra de verdad, porque en tus juicios espero. 44. Guardare tu ley siempre, para siempre y eternamente. 45. Y andaré en libertad, porque busqué tus mandamientos. 46. Hablare de tus testimonios delante de los reyes, y no me avergonzaré; 47. Y me regocijaré en tus mandamientos, los cuales he amado. 48. Alzare así mismo mis manos a tus mandamientos que amé, y meditaré en tus estatutos.

Como seres humanos hemos creado muchas relaciones de afecto, simpatía y confianza, un gran ejemplo son nuestros amigos, familiares, y diversas relaciones que llenan nuestro ser; es una conexión que nos da un sentimiento puro y desinteresado. Pero a pesar de esto, siempre tendemos a esperar algo de esa persona, como lo es la fidelidad. Esta es esa firmeza, constancia y simplemente la lealtad que te debería ofrecer con exactitud un amigo.

El salmista demuestra una confianza eterna hacia el Señor, el ruega que se acerque a él, como su amigo. Anhela esa misericordia, ese fiel amor que Dios le ofrece, él tiene confianza de que nuestro padre le dará lo que le prometió. (Salmos 119:41) Alguna vez en el mundo debiste tener algún amigo, novio, o incluso alguna relación familiar, de la cual esperabas fidelidad y probablemente no fue así. Me gustaría preguntarte, ¿Alguna vez te han traicionado?.

Hace tiempo cree un lazo con un amiga, era una relación realmente grata a mis ojos, solíamos salir a dar paseos, a comer, e incluso llego un tiempo en el que casi vivíamos juntas, era realmente satisfactoria la confianza y la unión que encontraba en ella. Pero cierto día empezamos a distanciarnos, así que la relación fue debilitándose poco a poco, e inesperadamente surgió una discusión que casi lleva por acabar nuestra amistad, aquella chica se había molestado tanto conmigo que había empezado a contar a otros, mis pequeños secretos, llevándome a una depresión realmente grande. Después de un tiempo pedí dirección a Dios y tome la decisión de acercarme a pedirle disculpas, pues sentía que ella había traicionado mi confianza por alguna acción que quizá la había herido de mi parte y yo no lo había notado; ella alegremente acepto mis disculpas y de igual forma pidió perdón por esa falta de fidelidad que había tenido hacia nuestra amistad. La confianza nace de lo más profundo de la intimidad, esta requiere de un tiempo, un espacio y una dedicación, para poder formar en ti esa creencia de que aquella persona será capaz de actuar bien, con amor, verdad y valores. (Salmos 119: 42- 43)

Dios es nuestro amigo fiel, y hoy el salmista nos da a entender que a pesar de que algunas personas te defrauden o te abandonen, él no lo hará, porque es un Dios misericordioso.

Pero ya es momento que busques una verdadera intimidad con él, que te dediques a formar esa relación que Dios quiere contigo, porque recuerda que su tiempo es perfecto (Eclesiastés 3:1). Todo lo que suele sucedernos tiene su propósito, sea bueno o malo, todo pasa por algo, a veces él te prueba y te forma (Eclesiastés 3:15). 

Así como me sucedió a mí, aunque mi querida amiga había traicionado nuestra confianza y fue bastante doloroso para mí, fue con un gran propósito, pues eso me enseño varias cosas, como el valor del perdón, el de la fidelidad, y lo que realmente es un verdadero amigo.

Dios te hace madurar primero para luego darte lo que esperas, porque si, el conoce cada deseo que hay en tu corazón. Y recuerda que lo que ha de suceder es necesario, así no lo entiendas; hoy somos soldaditos suyos, y recuerda que Dios da las batallas más difíciles a sus mejores soldados.

Como padre y amigo nos ha regalado promesas inmensas, pero también nos da su ley, y hoy una vez más la recordamos porque, ¿por qué no atesorarla como lo hace el salmista? para siempre y eternamente (Salmos119:44). Porque cuando logramos esa intimidad con Dios, y buscamos su ley, nos da la verdadera libertad, nos libera de pecado esclavizador que nos ofrece el mundo, nos da gozo sin fin, como la arena y el mar, envuelve nuestras vidas con sus hermosos brazos y ¿cómo no regocijarnos? Si hemos encontrado el verdadero amigo, el guía por excelencia, el camino a la verdad y el gozo; amarlo es nuestra decisión y nuestra revolución (Salmos 119: 45-47).

Alzare así mismo mis manos a tus mandamientos que amé, y meditaré en tus estatutos (Salmos 119:48). Ya no somos esclavos del temor que ofrece la tierra, somos sus hijos ahora, así que hoy decídete, libérate de las cadenas del pecado con su amor, vence tus batallas con honor, busca a tu padre y amigo fiel y atesóralo mejor que un brazalete de oro. Y recuerda todo tiene su propósito, y hoy tú eres uno para Dios.

Profundizando

1. Copia los versículos bíblicos que más te agradaron y recuerda organizarlos según el código de color de la biblia. Memoriza Salmos 119:48.
2. Define con tus propias palabras qué es Fidelidad para ti.
3. Has una mano (no en el diario creativo) donde representes que eres un gran soldado de Dios.
4. Dibuja unas cadenas (no en el diario creativo) donde muestres tu libertad de la esclavitud del pecado.
5. Haz tu diario creativo con la imagen de recortes, así que alza tus manos y manos a la obra.
6. Escucha la canción del devocional “Ya no soy un esclavo”- Julio Melgar y escribe el verso que más te gusto.

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