Un espacio para compartir la palabra de Dios y crecer en ella.

¿Qué te aleja de Dios?



Muchas de nosotras en diversas circunstancias de nuestra vida hemos sentido que nuestro espíritu decae y nuestra búsqueda de Dios ya no es tan genuina como antes. Esto se puede deber a infinidad de cosas; la presión en la escuela, la familia, el trabajo, los amigos, alguna enfermedad, en fin muchas de las muchas cosas que nos puede apartar la vista del gran yo soy.

Elías era un gran profeta de Dios, que desafío a los profetas de Baal que tenían engañado al pueblo, y se levantó para retarlos delante de todos, y aunque gano de una manera impresionante el reto, luego de todo al ser amenazado por la esposa del Rey Acab, dice la biblia que tuvo gran temor y salió a esconderse, días y días de camino Dios lo sostuvo, pero al final llego a Horeb, el monte de Dios y se escondió en una cueva.

¿En cuántas cuevas nos hemos escondido en momentos de aflicción? Cuevas que encierran el sonido y no nos dejan oír la voz audible de Dios, cuevas que nos quieren alejar de su presencia, cuevas que nos quieren ahogar en nuestros propios pensamientos y depresión.

Isaías 59: 1 y 2 dice: “La mano del Señor no es corta para salvar, ni es sordo su oído para oír. Son las iniquidades de ustedes las que los separan de su Dios. Son esos pecados los que los llevan a ocultar su rostro para no escuchar” (NVI)
Entonces; somos nosotros mismos los que alejamos a Dios de nuestro lado, Elías estaba tan cerca de Dios, estaba en su monte, y aun así paso una noche allí sin siquiera acercarse a Él, pues la cueva de sus preocupaciones lo tenía atado.

Pero la historia no termina allí, Dios en su infinita misericordia siempre nos da una oportunidad de volver, de estar con él, de recuperar lo perdido. Y se la aparece en la cueva para preguntarle ¿Qué haces aquí?, (pregunta que también nos refiere a nosotras); ¿Qué haces en esta cueva encerrado en tus propios pensamientos? ¿Qué haces arropado en culpa? ¿Qué haces lleno de temor? Elías responde y explica el motivo de su temor, aun así Dios no le dio mucha oportunidad para extender su excusa y la da una orden: ¡Sal fuera!, si, tal cual, ¡Sal fuera!, Y de una manera impresionante como típica película de hollywood se presenta a Elías, el cual se ve obligado a salir de la cueva ver la gloria de Dios y recibir sus nuevas órdenes. Entendiendo que a su lado está EL GRAN YO SOY.

Y es que las circunstancias de este mundo nos arropan tan apresuradamente que cuando nos damos cuenta estamos a kilómetros de la presencia de Dios, no permitas que nadie quite el primer amor hacia tu creador, recuerda que tu redentor vive y que siempre está luchando a tu lado. No te desvíes ni a la derecha ni a la izquierda y aparta tu piel del mal.

Salmos 103: 12 dice: “Como está lejos el oriente del occidente, hizo alejar nuestras rebeliones de nosotros” (RV). Así que; ¡eres libre!, libre de tus rebeliones (pecado, preocupaciones, depresiones, orgullo, amarguras, angustias, temores), en fin, Dios pago un precio por ti, un precio de sangre, para tenerte siempre en su regazo, seguro y protegido.

Y ahora, ¿Qué te aleja de Dios?, ¿valdrá esa circunstancia el precio de tu salvación?, no tires la toalla, y si lo haces que sea para recostarte al lado de tu Salvador. Mantente firme, sin excusas y disfruta de la hermosa presencia y protección de tu Dios.

Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma. Hebreos 10:39.

Reflexiona:
1. ¿Qué circunstancias te alejan de Dios?
2. ¿Son ellas tan importantes como para perder tu salvación?
3. Escucha la canción de Jacobo Ramos - Si Acaso Se Me Olvida, ora a Dios para acercarte de nuevo a la cruz de su redención.
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