El padre nos regaló la vida (Salmos 119: 73). Creó la tierra, el universo y el mundo entero con gran dedicación y amor. Hizo la luz, el mar, los cielos, el color de las dulces flores como la “Estrella de Belén”, los animales e incontables maravillas. Él deseó hacer una morada perfecta para nosotros sus hijos, con colores y frutos únicos como la deliciosa piña, el anhelaba que estuviésemos felices con esa gran dádiva a la cual le dedicó tanto tiempo y espacio para que tuviese la mejor forma. Pero como seres humanos se nos hace difícil entender muchas veces lo que Dios tiene para nosotros y cuál es su propósito.
A veces deseamos poder saber todo y verlo, como lo que tendremos en un futuro, si moriré o no, si tendré un esposo, la cura de alguna enfermedad y en conclusión lo que será de tu vida. Nos desagrada no poder entender todo lo que nos sucede y deseamos saber por que nuestro padre lo permite, esa es nuestra naturaleza humana, siempre queremos una explicación y cuando no la obtenemos solemos llegar al punto de quiebre el punto de pelear con Dios.
Mi madre padecía de una enfermedad crónica renal desde hace más o menos 18 años, sufría de anemia y normalmente su hemoglobina era de 5.0 gramos por decilitro lo que era realmente bajo. Ella se sujetaba a una diálisis día por medio y comúnmente necesitaba transfusiones de sangre.
Mi padre y yo peleamos un tiempo con Dios, no entendíamos como permitía que gente que se drogaba e incluso mataba fuesen tan sanas y tuviesen tanta sangre, y que una hija suya la cual lo amaba, honraba, daba su vida por él y oraba día tras día por su sanidad, no la tuviese.
Decidí dejar de discutir con el rey, busque sus enseñanzas y comprendí que nuestros pensamientos no son como los de él (Isaías 55:8). Y cuando mamá murió, su amor fue mi consuelo (Salmos 119: 76) entendí que sus propósitos son únicos e inexplicables, que nosotros somos diminutos ante su gracia, que él tiene regalos inmensos para nosotros, pero es necesario anhelar su instrucción para poder recibir ese regalo de entendimiento divino. ¿Peleas aun con Dios?
Hoy deseo aconsejarte, quiero que te dejes enseñar por tu padre. Deja de buscar explicaciones y busca a Dios. Quiero obsequiarte unos consejos que me sirvieron para recibir el entendimiento de Dios, te los dejo porque sé que también necesitas reconciliarte con tu papá.
1. Para poder recibir entendimiento. Reconcíliate con tu padre recuerda que él trata con cada uno (Colosenses 1:20). Acepta su corrección, se un hijo obediente, el quiere mostrarte su sonrisa, recuerda que al que ama, él disciplina. (Hebreos 12:6)
2. Desea. Cuando anhelas algo de corazón y se lo pides a tu padre él lo concede, recuerda que él conoce lo que hay en tu corazón (Mateo 7:7). Por eso sueña con un corazón integro como el salmista (Salmos 119:80) Pero recuerda poner el “creer” en práctica o tu petición, no será grata a sus oídos si no hay fe en que él lo concederá.
3. Prepárate y Recibe con amor porque él da con amor. El sabe qué necesitas y qué no, el te dará el entendimiento conforme a su voluntad (2 Pedro 1:3). El pecado te persigue todos los días en busca de tu destrucción, es tu decisión recibir el obsequio que te ofrece.
Espero puedan ayudarte algunos de mis consejos. Sé que aún Dios tiene mucho para ti y te seguirá formando conforme el desea, por eso no olvides reconciliarte con él, aceptar su corrección, desear de corazón y prepararte de sol a sol para recibir ese entendimiento de su dulce ley, sus mandamientos y propósitos divinos.
Profundizando:
1. Memoriza Salmos 119:73
2. Con nuestros códigos de colores de la Biblia, sigue aprendiendo a identificar la palabra de Dios. Selecciona esos versículos que hablaron a tu corazón y márcalos según el mismo
3. Escribe una oración (no en el diario creativo), de reconciliación con Dios.
4. Dibuja el entendimiento que deseas (no el diario creativo).
5. Responde: ¿Por qué peleas o peleaste con Dios? 6. Escucha la canción “Aun Sin Entender” de Thalles Roberto y escribe un resumen de lo que entiendes.
DESCARGA EL DEVOCIONAL.
Muchas veces cuestionamos las decisiones de nuestro Padre, basta de preguntar porque sino para que, el tiene el control de todo; esperar es lo mejor. Recuerda que el nos ama y lo demostró cuando fue a la cruz.
ResponderEliminarAmen. Su amor esta siempre a nuestro favor.
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